Piden moderar la intervención sobre el entorno y el paisaje del Camino Real

La Red Argentina del Paisaje, Nodo Córdoba, viene desarrollando un proyecto para que la revalorización del Camino Real incluya su entorno natural y que las nuevas edificaciones no modifiquen bruscamente la histórica senda.

 La ingeniera Agrónoma Andrea Mansilla y la ingeniera Química Marcela Noya viven en nuestra zona y se sumaron hace tiempo a la Red Argentina del Paisaje que en el caso de Córdoba están coordinadas por la ingeniera Ana Meehan.

 La idea bajo la que trabajan es funcionar como un de Observatorio del Paisaje, es decir, como Entidad de Asesoramiento y Sensibilización del Paisaje.

Dentro de ese marco, en el Nodo Córdoba, desarrollaron el proyecto “Corservar y valorar el Camino Real” en el que advierten que debería ampliarse el marco de intervención en el sector que va desde el Museo Jesuítico a la Posta de Sinsacate, en una primera etapa, y extenderse luego a los 176 kilómetros de recorrido que tiene el Camino Real.

Para ello, sugieren que los Concejos Deliberantes de Sinsacate y de Jesús María amplién el marco regulatorio en cuanto a cómo se debiera edificar sobre el histórico camino para que no resulte modificado irreversiblemente.

El Nodo Cordoba de la Red Argentina del Paisaje apela a la sensatez que tiene que primar sobre un sitio que pretende incluirse como Patrimonio de la Humanidad y en el que el gobierno de Córdoba viene invirtiendo varios millones de pesos en su puesta en valor.

La visión local

Las profesionales locales vinculadas a la red se plantearon seriamente la posibilidad de lograr la Carta del Paisaje del Camino Real.

Para ello, analizaron y registraron con fotografías el segmento que va desde la Estancia de Caroya, pasando por la de Jesús María, hasta llegar a la Posta de Sinsacate.

Y están ofreciendo asesoramiento respecto de cómo se puede intervenir el Camino Real sin afectarlo en demasía. Especialmente y atento a la posibilidad de que la familia Zerboni siga loteando en la parte posterior a la loma que acompaña el Camino Real entre el Museo Jesuítico y el Seminario Menor.

“Día a día se lotean parcelas cada vez más pequeñas y sin respetar el marco verde que ofrecía antes este corredor o camino. Actualmente, la vegetación es reemplazada por construcciones, se erradican los ejemplares autóctonos y arrasan con topadoras los terrenos hasta dejarlos limpios”, advierten las profesionales.

“Estamos ante un circuito de una belleza paisajística muy rica que otorga la naturaleza y la huella histórica del Camino Real, con su museo, posta, colegio y viejas casonas que con sus arboledas y cercos verdes hacen de este lugar un espacio elegido por muchos para sus caminatas y paseos al aire libre. Si no lo cuidamos y respetamos tendremos en poco tiempo una avenida llena de viviendas con sus frentes de cemento y locales comerciales”, explican desde el nodo Cordoba.