CARTA DE TRASLASIERRA

El ser humano es parte de un sistema total de vida caracterizado hoy por la globalización y las desigualdades, por la extremada complejidad de sus estructuras y por los avances de las tecnologías de la información y la comunicación a distancia. Esto implica una apertura para emprender el camino de una nueva imagen del entorno, donde el concepto de paisaje sea capaz de incorporar de manera coherente elementos indispensables de varias disciplinas, en constante innovación cultural, científica y tecnológica, base para tornar al medio ambiente rico, diverso y sustentable al mismo tiempo.

La metamorfosis del paisaje siempre está presente. Su construcción es un desafío y una oportunidad, representando no sólo tradición, historia, identidad, evolución del hombre y de la naturaleza. También como símbolo de los deseos humanos y de su relación con el cosmos recuperando la capacidad de comunicar desde las diferentes visiones de las cosas, condensando los muchos significados que encierran la noción de “paisaje, de equidad y de justicia”.

La preocupación por el entorno se ha instalado definitivamente en el quehacer de los diseñadores del paisaje y va más allá de lograr armónicas relaciones con los hechos construidos. Es asimismo generar teorías y herramientas para actuar en el entorno, profundizando pensamientos sobre los espacios vacíos y sus escalas, donde se esfuman las intervenciones urbanas. Es también la capacidad de comunicar entre y desde las distintas visiones de las cosas. El paisaje es la realidad y la apariencia, unidas y separadas en el mismo tiempo. Un paisaje de decisiones proyectuales, de diseño y de gestión del entorno: un paisaje sostenible, reconociendo lo que existe y a la vez inventándolo de nuevo, amalgamando los indicios del pasado y el futuro. Un palimpsesto. Una construcción social, un derecho y una práctica democrática. Un desafío no sencillo que requiere ahondar en la esencia de los lugares, llegar a la sustancial, a lo subyacente y de allí elaborar su expresión. El valor simbólico surge desde adentro, de la entraña de las cosas. Esta indagación nada fácil, esta búsqueda de propuestas paisajísticas con un valor simbólico rico en asociaciones vitales, relacionando armónicamente el medio natural y la sociedad, resuelve sensatamente muchos programas de intervenciones, alejándose de influencias exóticas y aportes proyectuales que no persigan la “diferenciación” como vía hacia la originalidad. Lo mejor para la tarea del paisaje es dar respuestas apoyadas en auténticos lenguajes, sabiendo interpretar lo que la naturaleza expresa a través de sus elementos vivos e inertes con sus riquezas y alternativas plásticas, visuales y sensitivas. Y para que este empeño sea válido habrá que volver a los orígenes, al “paisaje esencial”.

Este X Encuentro Nacional de la RAP, realizado en Merlo – San Luis los días 24, 25 y 26 de Mayo de 2019, convocado por el Nodo Traslasierra estuvo dedicado a las Buenas Prácticas en el Diseño del Paisaje.

Su objetivo fue fomentar modelos de diseño que recuperen y/o profundicen las identidades regionales protegiendo la biodiversidad y otros bienes de los paisajes locales.

Entre los nuevos paradigmas que nuestra Red ha impulsado, en estos 10 años que acabamos de cumplir, está el de asumir nuestro rol como profesionales y actores sociales, ejerciendo la práctica activa en los procesos de diseño que reivindican los aspectos medioambientales, sociales, económicos, políticos, éticos y estéticos; anteponiendo las buenas prácticas ante la banalidad que en muchos casos se pone de manifiesto en las propuestas de diseño del paisaje.

También nos hemos preguntado si las Buenas Prácticas se relacionan solamente con los procesos de diseño, o incluyen también los procesos sociales, políticos, educativos y de investigación.

Durante 3 días hemos reflexionado sobre experiencias realizadas en distintas escalas de intervención y con diferentes características, siempre ligadas a la protección, la gestión y el ordenamiento de nuestros paisajes.

El Paisaje es un motor del desarrollo económico, es un recurso de primer orden para el turismo, es un recurso que se agota si no planificamos su uso. Nos habla de nuestra historia, de nuestra memoria, de nuestro ambiente. El Paisaje es en definitiva un catalizador para nuevos proyectos, para nuevos modelos, para nuevos escenarios culturales territoriales, ambientales y turísticos.

Existe una creciente presión sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, definidos como los beneficios que la naturaleza nos brinda. Los cambios en el uso de la tierra deberán ser la fuerza motriz más importante, tanto a nivel nacional como mundial.

Los métodos y tecnologías para monitorear, valorar y modelar la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas, entre ellos el agua, son temas clave para la investigación y su aplicación en el Diseño del Paisaje.

El Paisaje es el resultado de múltiples miradas, es el resultado de la expresión de una comunidad en un territorio determinado, tanto a nivel material como inmaterial, por lo tanto es necesario que las personas puedan pronunciarse y opinar sobre el futuro de los lugares. La sociedad ha tomado protagonismo, se va empoderando y quiere participar sobre el futuro del desarrollo local y la generación de trabajo; reconociendo al paisaje como una construcción que plantea derechos y deberes.

También hemos considerado que a  través de los procesos educativos se logra sensibilizar y reconocer que Todo es Paisaje. Entender el concepto de paisaje despegándolo del concepto de ambiente, asociándolo a su historia, a su cultura; integrándolo a la naturaleza como un valor más y no el único, con una nueva mirada del territorio, despertando conciencia sobre la importancia de descubrir y re-significar viejos y nuevos valores.

Hemos concluido en que la aproximación meramente estética es una mirada incompleta del paisaje. La solución no es conservar los lugares y los sitios históricos – patrimoniales como testigos pasivos de un proyecto archivado. Es necesario preservarlos a través de proyectos de paisaje que abarquen y cosan todo el entorno. De preservar el sentido histórico de la vida y la forma urbana, pero proyectándolo hacia una nueva significación; desarrollando diferentes instrumentos como los catálogos de paisaje, los planes participativos, los observatorios y otras iniciativas a nivel local que fomenten el desarrollo del territorio manteniendo viva la memoria y su identidad.

En la provincia de San Luis a los 25 días del mes de mayo de 2019